Viajar enriquece la vida

6 motivos por los que viajar enriquece la vida

Viajar es una de las experiencias más enriquecedoras que puede vivir cualquier ser humano. En este artículo se detallan 6 de los motivos más importantes, entre los que se destaca la adquisición de una mayor destreza en los idiomas

Viajar es apasionante en cualquiera de sus versiones, ya sea un viaje a la otra punta del globo o a un pequeño pueblo perdido del país, ya sea en pareja, solo o con amigos. Aunque sin duda, los viajes que más cambian la vida son aquellos que se experimentan lejos de casa y en soledad, donde se ponen a prueba las propias capacidades y los límites personales. Son oportunidades de vivir grandes experiencias y crecer como ser humano.

Para aquellos que siempre andan pensando en el próximo viaje o para aquellos otros que siempre inventan excusas para no moverse, como la falta de dinero, las agencias de viajes barcelona son la solución para encontrar viajes hechos a medida. Se adaptan tanto a los requerimientos del cliente como al presupuesto. Gracias a ellas cada vez más ciudadanos logran realizar sus sueños y disfrutar de merecidos viajes, para desconectar de la rutina habitual, y vivir más intensamente, al menos durante un tiempo.

Desconectar de la rutina

Un viaje siempre implica desconexión, un desplazamiento no solo físico, sino también emocional, alejando al sujeto de las preocupaciones y los quehaceres del día a día. Es una oportunidad única de ver la vida con perspectiva, reflexionando acerca de la existencia, de las decisiones que se han tomado en el pasado y las que se han de dar en el futuro.

Vivir nuevas experiencias

El viaje hacia lo desconocido es apasionante. Nuevos paisajes, personas, culturas, siempre con la posibilidad de aprender algo nuevo al alcance de la mano, desde probar comidas exóticas a practicar un nuevo deporte, enamorarse, o defenderse en un nuevo idioma.

Vivir nuevas experiencias

Esta es, sin duda, otra de las ventajas de viajar, la posibilidad de aprender diferentes idiomas del mundo muy rápidamente, especialmente si uno realiza una inmersión lingüística (quedándose a vivir por varios meses en un país extranjero). Esta es la más eficaz fórmula de adquisición de una lengua; salir del aula y enfrentarse al mundo real.

Aprender a improvisar

Hay dos tipos fundamentales de vacaciones, aquellas en las que todo está planificado al milímetro, aquellas otras en las que todo se improvisa. Entre los dos extremos, se encuentran la mayoría de viajeros, que planifican ciertas cosas y dejan otras por decidir para hacer lo que realmente les apetezca cuando llegue el momento.

En cualquier caso, y por muy planificadas que se tengan, en las vacaciones siempre se encuentran situaciones inesperadas en las que hay que improvisar. De esas decisiones, puede depender el rumbo que tome el viaje y habrá que asumir las consecuencias.   Independientemente del resultado final, más o menos acertado, en el proceso se produce un aprendizaje.

Ser uno mismo

Durante un viaje, se exploran facetas de uno mismo desconocidas, descubriendo habilidades que ni se sabía que se tenían, por no haber sido necesarias su uso.

Lejos de casa, aparecen temores e inseguridades, pero también nace la posibilidad de comportarse tal como uno es, sin máscaras por imposiciones sociales sujetas al que dirán. Esta oportunidad de ser más auténticos es todo un descubrimiento. Eso sí, cuando los viajes se realizan en pareja o en grupo, no existe esa libertad, pues los individuos siguen sujetos a los patrones de comportamiento que les representan y se actúa como los demás esperan que se haga.    

Abrir la mente

Entrar en contacto con una realidad distinta a la habitual hace que se entienda y acepte que hay otras formas de hacer las cosas. De este modo, uno acaba abriendo la mente y cuestionándose su propio modo de vida. Este nuevo planteamiento hace que uno pueda ponerse en la piel del otro, llegando a comprender y respetar sus puntos de vista, aunque sean muy distintos a los propios.

Todo este aprendizaje de un mundo diferente vuelve a los individuos más inconformistas, más empáticos y se aprende a juzgar menos.

El cambio

Después de todo este proceso, se vuelve a casa y se descubre que ha ocurrido un cambio, que se es una persona diferente a la que se fue.

En dependencia del tipo de viaje, se volverá a casa dando gracias por lo que se tiene, por todas las comodidades y aquellas personas a las que hemos echado de menos. En los grandes viajes en los que se descubre otras culturas que viven de forma más humilde, se acumulan experiencias y sensaciones, se conocen personas con otros intereses, otras prioridades y unos puntos de vista diferentes. Todo este nuevo conocimiento ayuda al viajero a afrontar la vida con energía renovada.Así que no hay que pensarlo tanto, que la vida son dos días. Hay que viajar y experimentar, aprender otros idiomas, conocer otras culturas y ponerse rumbo a lo desconocido. En la agencia Barcelona referenciada al principio de este artículo, sabrán encontrar el viaje que se anda buscando.

1 comentario en «6 motivos por los que viajar enriquece la vida»

  1. Me ha gustado mucho. Viajar es lo mejor. Y sobre todo me encanta quedarme a vivir en distinto paises para aprender otros idiomas y lenguas extranjeras, y por supuesto empaparme de sus culturas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: