El presidente de EEUU se había negado a utilizarla en público y había puesto en duda la eficacia de las mascarillas.
Donald Trump se ha puesto, por primera vez, una mascarilla. Ha necesitado cuatro meses de pesadilla en Estados Unidos -el país ya supera los 3,2 millones de contagiados de Covidien-19, roza los 140.000 muertos y los pronósticos son foscos- y el grito de alerta insistente de buena parte del mundo científico, que recomienda su uso como una de las principales medidas para evitar la expansión del virus. Sin embargo, Trump se había negado a utilizarla en público para que ponía en duda su eficacia. Una muestra más de su discurso negacionista sobre los peligros del nuevo coronavirus.
Pero este sábado en la madrugada, el mandatario estadounidense ha sorprendido a todos con una mascarilla azul oscuro durante una visita al hospital militar Walter Reed, en las afueras de Washington, donde ha ido para reunirse con el personal sanitario y algunos militares que están ingresados. Es cierto que Trump había anticipado que tenía pensado utilizar la mascarilla durante este acto. “Creo que me pondré una mascarilla, sabéis? Creo que cuando vas a un hospital, especialmente en este, donde hablaré con soldados y con gente que en algunos casos acaba de salir del quirófano, en este caso es genial ponérmela la” , explicó a la prensa el mandatario antes de dirigirse hacia el centro médico.
Y es que el uso de la mascarilla del presidente se había convertido en Estados Unidos en un tema político. El partido demócrata subrayaba la “irresponsabilidad” de Trump al desprestigiar constantemente la medida, a pesar de que los mismos expertos de la Casa Blanca -también la OMS recomiendan su uso. Una de las más duras, sin embargo, había sido la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. “El presidente debería dar ejemplo. No se trata de protegerse uno mismo, se trata de proteger los demás”, recriminarle. También algunos republicanos lamentaron la postura del presidente. Pero él, lejos de rectificar, incluso llegó dijo que rechazaba la mascarilla para utilizarla “daba una imagen de debilidad”.