Un estado de emergencia ha sido declarado en Nueva Gales del Sur como una ola de calor amenaza con exacerbar la crisis de incendio forestal permanente del estado.
Alrededor de 2.000 bomberos luchaban contra unos 100 incendios, la mitad de los cuales permanecen incontrolados el jueves, con el apoyo de equipos de respaldo y la fuerza de defensa australiana.
Unos 7,4 millones de acres de tierra se han quemado en todo el país durante los últimos meses tórridos, con seis personas muertas y más de 800 casas destruidas en los incendios.
La primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, dijo que las autoridades estaban preocupadas por las condiciones impredecibles después de que la nación sintió su día más caluroso registrado a principios de esta semana con una temperatura máxima promedio de 40.9 ° C.
“Con condiciones extremas de viento, temperaturas extremas de calor, tenemos una buena idea, un buen sentido, de dónde están las áreas más preocupantes, pero de nuevo cuando tienes esas condiciones turbulentas, las brasas y los focos pueden ocurrir de manera muy impredecible”. dijo a los periodistas cuando anunció un estado de emergencia de siete días.
Los hospitales han registrado un aumento del 10 por ciento en las visitas de pacientes con afecciones respiratorias durante la semana pasada. La Asociación Médica Australiana recomendó a las personas mantenerse hidratadas, frescas y fuera del sol.
Los incendios forestales también están ardiendo en Queensland, Australia del Sur y Australia Occidental.
Las condiciones sin precedentes han reavivado el debate sobre si el gobierno de Australia ha tomado suficientes medidas sobre el cambio climático. La nación es el mayor exportador mundial de carbón y gas natural licuado.