Las complicaciones de salud relacionadas con la edad son frecuentes y la detección precoz de toda enfermedad es clave para proporcionar tratamiento. Por eso cuando se trata de personas mayores estar atento a la aparición de síntomas es lo mejor para una atención de calidad y para preservar un mejor estado de salud y una mayor calidad de vida.
Por ello, reconocer los sintomas de retencion de líquidos en adultos mayores o la presencia de edemas ayuda a evitar otros problemas de salud. La empresa Beeping alerta sobre estos y destaca que un diagnóstico a tiempo permite a los profesionales médicos cualificados tratar a los pacientes de forma adecuada.
Si no se está familiarizado con el término “edema”, este se refiere a la presencia de líquido en cualquier órgano o parte del cuerpo. Esto incluye los pulmones, los testículos, así como manos, piernas, pies y tobillos.
Hay que recordar que un problema de salud suele presentarse con ciertos síntomas, como por ejemplo, los siguientes:
- Mayor sensibilidad, sobre todo en las manos y los dedos, pero ocasionalmente también en los pies y los tobillos.
- Picor en la piel que suele ir acompañado de erupción o enrojecimiento.
- Piernas entumecidas y con hormigueo.
- Agotamiento o agitación al realizar las tareas cotidianas.
- Inflamación y enrojecimiento en la parte afectada por el edema que empeora a lo largo del día.
- Presencia de molestias que restringen el movimiento.
- Várices o venas dilatadas.
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¿Qué sucede si un edema o retención de líquido no se diagnostica a tiempo?
Si los edemas o las retenciones de líquidos no son diagnosticados y abordados a tiempo, pueden formarse ampollas en las piernas. En los casos más severos, puede que el líquido retenido se filtre en forma de supuración.
Esto delimita y tiene un efecto adverso en la calidad de vida de las personas mayores porque restringe su movilidad y su capacidad para realizar sus actividades diarias como de costumbre.
Además, pese a que la mayoría no causa dolor, se pueden presentar molestias graves que van más allá de la inflamación.
Los edemas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluidas las manos, los pies, los tobillos y, en ocasiones, los pulmones. No se limitan a las piernas. Cuando la afección pulmonar se presenta hay un grave peligro de neumonía por infección del líquido retenido.
¿Cómo eliminar los edemas o retenciones de líquido?
Cuidar la alimentación es esencial, se aconseja llevar una dieta equilibrada. Para ello, hay que consumir menos sal e incluir en cada comida más frutas y verduras.
Una prioridad debe ser el ejercicio. Se tiene que hacer entre media hora o una hora de ejercicio moderado al día. Una simple caminata basta, pero también se puede practicar algún deporte. Todo va a depender de la edad y condición física del adulto mayor.
El edema de piernas o tobillos se evitará o disminuirá como resultado del fortalecimiento del sistema circulatorio. He aquí algunos ejercicios para personas mayores con piernas edematizadas:
- Alternar el punto de apoyo mientras se camina cambiando del talón a los dedos de los pies.
- Hacer como si se estuviera montando bicicleta, es decir, realizar el movimiento giratorio de pedalear.
- Mantener el equilibrio sobre un pie y luego el otro.
- Hacer sentadillas por series. Esto debe evitarse si hay problemas de rodilla.
- Consumir diuréticos, pero esto solo debe hacerse bajo prescripción médica.
- El uso de medias de compresión ayuda a mejorar la circulación. Por ende, evita la aparición de edemas o retención de líquido.
Causa de la retención de líquidos o edemas
La presencia de piernas (u otras partes del cuerpo) hinchadas y enrojecidas por retenciones de líquido suele ser más común en los ancianos. Las principales causas de este tipo de situación son básicamente los siguientes:
- Adopción de malos hábitos alimenticios a lo largo de la vida o con los años. Sobre todo comer muy salado o con gran cantidad de conservantes o colorantes.
- Un estilo de vida sedentario y realizar poco ejercicio diario.
- Problemas circulatorios que se presentan debido a patologías diversas o con la edad.
- Insuficiencia cardíaca congestiva.
- Enfermedades renales o hepáticas.