Los recursos financieros están a la orden del día y la educación de la sociedad al respecto ha crecido de manera significativa en los últimos años. En ese sentido, uno de los recursos más solicitados son los préstamos. En el siguiente artículo, repasaremos cuáles son las diferentes clases que existen y cuál podría terminar siendo el indicado para ti.
Sin lugar a dudas, el mundo vive un momento económico y financiero muy importante, en donde el color de los próximos años se definirá en estos meses. Es posible que una gran parte de la población recurra a los préstamos de los bancos o de portales online como PréstamoJusto.
Así, mientras muchas personas buscan cómo invertir en un mercado bajista, otras personas quieren aprovechar el contexto para realizar una inversión. Sin embargo, para ello necesitan la ayuda financiera de un préstamo.
Antes de comenzar, debemos tener en cuenta la diferencia sustancial que existe entre un préstamo y un crédito: en el primer caso, el solicitante recibirá un monto de dinero acordado previamente, el cual deberá ser devuelto junto a los intereses que devengan de la operación, los cuales también han sido pactados con anterioridad. Todo esto, claro, en un periodo de tiempo determinado en el contrato. Los pagos suelen ser en cuotas.
Los diferentes tipos de préstamos no suelen estar totalmente adaptados a los deseos del cliente y no están disponibles en cantidades ilimitadas, sino que quedan a discreción del banco o la institución financiera. A cambio, el cliente sólo paga por la cantidad que realmente utiliza.
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Entonces, ¿qué clase de préstamos existen?
Ahora que hemos dejado clara la diferencia entre préstamo y crédito, es momento de subrayar que no existe una única manera de clasificar a los préstamos. Los criterios pueden ser los siguientes: destinatario del préstamo, quién es el prestamista, su finalidad, el tiempo, el monto, requisitos que se exigen, entre otros. Por lo tanto, la gran mayoría puede solicitarse en los bancos tradicionales, así como en diversos portales en línea que ofrecen a los clientes una mayor comodidad.
A continuación, nos detendremos en las dos más importantes: el tiempo de vencimiento y la finalidad.
1. Tipos de préstamos según el plazo de devolución
A corto plazo: suelen ser los más frecuentes. Por lo general, su plazo máximo de devolución no supera el año. En los últimos años, han florecido las opciones en línea, como hemos mencionado anteriormente.
A mediano plazo: para proyectos más grandes o empresas de mayor envergadura, este tipo de contratos se extienden a un plazo máximo de tres años y se suelen requerir en tiempos de tranquilidad económica, periodos durante los cuales su oferta por parte de las entidades financieras es mayor.
A largo plazo: por último, encontramos esta clase de préstamos a los que pueden acceder personas con un gran capital o empresas de gran tamaño. Sus plazos de devolución varían, pero suelen rondar los cinco o diez años.
2. Tipos de préstamos según la finalidad
Préstamos personales: para personas físicas, en general son montos pequeños y para resolver cuestiones inmediatas, como pueden ser viajes, casamientos u otro tipo de gastos puntuales y de carácter personal. El plazo de devolución es corto.
Al consumo: a diferencia de los personales, este tipo de préstamos se solicita para la compra de bienes de consumo más costosos, como es el caso de electrodomésticos, vehículos o muebles. Su plazo de devolución también es breve.
De estudio: populares en países como Estados Unidos, Chile o Reino Unido, tienen como objetivo financiar matrículas universitarias. Suelen tener tasas más convenientes que los personales o los préstamos al consumo.
Hipotecarios: para la compra de viviendas. Su extensión es larga en el tiempo, llegando a las tres décadas, por ejemplo.
Para empresas: con tasas diferenciales según la industria, se utilizan para la compra de maquinaria o para expandirse. De acuerdo a los montos, se determinan los plazos.
En última instancia, cada cliente debe decidir cuál de los distintos tipos de préstamos se ajusta mejor a sus necesidades.