Cuando Bob Dylan cantaba, allá por los años sesenta, aquello de “The times they are a-changing”, no sabía él hasta qué punto tenía razón. Y mucho menos sabía que la rueda del cambio puede dar infinitas vueltas sin cansarse jamás. A día de hoy, muchos de aquellos que aún tendrían el tiempo de crecer acurrucados en el regazo de las melodías Dylanianas, son los mismos que regentan tiendas online que nunca cierran y que no se acuerdan ya de cómo de complejo era el mundo cuando no existían las video-llamadas a sus hijos que están de Erasmus. Sí, contra los pronósticos más aciagos de muchos expertos que vieron en la transición a la economía digital un potencial factor de expansión de la brecha de competencias y salarios entre jóvenes y mayores, no se han acabado de cumplir del todo. Lo cierto es que es innegable que el mercado laboral ha cambiado de manera radical en los últimos años y que existen numerosos indicadores que apuntan con claridad una deterioración de las condiciones de trabajo en numerosos sectores. Ahora bien, también es verdad que se han diversificado las opciones de emprendimiento, que a día de hoy muestra ciertas vías de acceso que hace solo unos años era simplemente impensable. Entre ellas, las empresas de distribución y venta online han sido sin duda una de las mayores revoluciones de nuestro tiempo.
Y aunque cuando hablamos de este tema muchos piensan directamente en los gigantes del sector, no hay que ir tan lejos para comprender que el cambio está en todas partes. En este sentido, sin pensar en grandes marcas, cifras de negocio exorbitantes o ramas de actividad en todos los países del mundo, también ciertas formas de negocio vinculadas al pequeño comercio pueden beneficiarse de la revolución digital. A este respecto, aunque encontramos algunos casos en los que la empresa internaliza los costes de crear su propia tienda online con todo lo que ello conlleva, existe un modelo que está ganando cada vez más terreno en el ámbito del pequeño comercio. Se trata de las compañías online que se dedican precisamente a ofrecer este servicio de manera externa a aquellas personas interesadas en abrir su negocio online, de manera que éstas últimas no tengan que preocuparse por ningún detalle y puedan simplemente concentrarse en ofrecer los productos más competitivos. Y si esto ya había cosechado un importante impacto en el sector, la última novedad del gremio ese el sistema pos, que permite aceptar pagos con tarjeta de crédito en cualquier lugar y a cualquier hora del día. Para muchos, esto significa además poder unificar el servicio que prestan en tienda y el que prestan online.
Empresas como Shopify en España ya se han lanzado con este servicio y no les está yendo nada mal. Sus usuarios destacan las ventajas de poder rastrear sus inventarios en todos los canales, de enviar recibos a través del correo electrónico e incluso de rastrear la información sobre todas sus ventas, clientes, visitantes y demás. En definitiva, se trata de manejar todo su negocio desde un solo lugar y con numerosas herramientas de lo más útil.