Una gran parte de la población femenina llega a experimentar inseguridades e inconformidad con la forma y tamaño de sus senos en algún punto de su vida, especialmente durante etapas tempranas del desarrollo. La insatisfacción por la forma y tamaño de los senos ha llegado a convertirse en un problema de salud pública asociado al bienestar mental.
A nivel mundial, las operaciones de aumento de pecho lideran las solicitudes en las consultas de los cirujanos plásticos. Según la encuesta Breast Size Satisfaction Survey (BSSS por sus siglas en inglés), realizada sobre 18.541 mujeres de todo el mundo, un 71% de las mujeres no se encuentra conforme con el tamaño de sus senos.
No obstante, existen algunas inconformidades que no se relacionan directamente con el tamaño de la copa, sino con la forma del seno. Tal es el caso de las mamas tuberosas, también conocidas como mamas tubulares, una anomalía en el desarrollo mamario que da al seno un aspecto alargado y constreñido similar a un tubo, lo cual resulta muy poco favorecedor a nivel estético.
Este problema puede ser corregido fácilmente por medio de una cirugía estética. Sin embargo, no basta con colocar una prótesis, sino que se requiere un proceso de remodelación completa del tejido mamario para recuperar la forma redondeada. Es imprescindible acudir a profesionales como el centro de Medicina estética Alicante y consultar a un médico cirujano especializado en el tema.
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¿Qué son las mamas tubulares?
Lo primero a considerar es que no se trata de una enfermedad y no implica ningún perjuicio para la salud de la persona. Se trata de una malformación congénita, caracterizada por una rigidez excesiva en la glándula mamaria que ocasiona un crecimiento irregular de la misma, dando como resultado un seno constreñido, alargado hacia el pezón, semejante a un cono o con forma tubular.
Se manifiesta en el momento de la pubertad, por lo que resulta imposible saber si una niña tendrá este problema en el futuro. No existe una predisposición directa a nivel hereditario, pero si se tiene referencia de cierto agrupamiento familiar. A nivel funcional, las mamas tubulares no impiden amamantar y no tienen incidencia sobre enfermedades como tumores.
En la raíz del crecimiento de la mama, donde se une esta con el músculo pectoral, existe un anillo fibroso similar a un tendón. Este anillo delimita el crecimiento del tejido mamario, por tanto, cuando inicia el desarrollo, la mama se encontrará estrangulada por este anillo, solo pudiendo crecer dentro de esta zona, adquiriendo así la peculiar forma de tubo.
La clasificación de las mamas tubulares se representa en grados:
- Grado I. Falta de desarrollo del cuadrante ínfero-interno, con areola desviada hacia abajo.
- Grado II. Mantiene un crecimiento deficiente en los cuadrantes inferiores, igualmente con areola desviada hacia abajo.
- Grado III. Afectación y deficiencia en todos los cuadrantes, con base mamaria retraída y aspecto tubular muy pronunciado.
¿Cuál es el tratamiento para las mamas tubulares?
Para modificar el aspecto tubular de la mama es requerida una intervención quirúrgica. Esta intervención dependerá en gran medida del grado de tuberosidad que posea el tejido mamario y lo que intenta es reconstruir el tejido para devolver la forma redondeada que debería haber desarrollado originalmente.
Cuando se trata de una anomalía leve, puede ser solucionada simplemente colocando un implante mamario, pero esto no es posible en todas las ocasiones. En casos severos de malformación, es necesario realizar una remodelación completa del seno para distender la zona rígida del pecho, redistribuir la glándula y luego poder insertar un implante mamario para aumentar el volumen.
Se trata de una operación que no requiere de un proceso postoperatorio demasiado extenso, siendo posible que la paciente se reintegre a la rutina habitual en unos 10 días. La recuperación total del procedimiento es similar al de un aumento de busto y requiere la misma cantidad de tiempo, además de tener un impacto positivo sobre la autoestima de la persona.
¿Cómo saber que tenemos mamas tubulares?
Al tratarse de un problema estético bastante evidente, hay señales inequívocas de la malformación, como la forma cónica o tubular y el tejido caído. No obstante, es el médico cirujano el que puede realizar un diagnóstico certero, evaluando los signos morfológicos como el nivel de herniación glandular, los surcos submamarios y el desarrollo incompleto de los polos laterales de la mama.
Una duda habitual es la referente a la prevención. La realidad es que no es posible prevenir esta malformación congénita y tampoco existe tratamiento no quirúrgico que tenga algún resultado comprobado. La única solución posible es esperar que culmine la etapa del desarrollo y acudir a un cirujano especialista en cirugía plástica reconstructiva que atienda el tema.