El juego es, en muchos animales, especialmente los mamíferos, una forma de acercarse al mundo, descubrir nuevas sensaciones e ir aprendiendo y adquiriendo conocimientos. En los seres humanos ocurre igual, de ahí que se le da tanta importancia al juego como recurso educativo.
Desde el primer día de vida, los bebés comienzan a absorben información del exterior. Los juguetes son, por tanto, una buena vía de estimulación a los pequeños, recursos muy valiosos que contribuyen positivamente en su desarrollo, siempre y cuando se elijan con acierto.
En los primeros meses de vida, los bebés son todavía muy pequeños para divertirse con juegos complejos, por lo que son preferibles juguetes que les permitan ir descubriendo sonidos y texturas. Siempre que sea posible, hay que optar por juguetes que potencien su aprendizaje y su desarrollo a través de la interactividad.
Si ponemos algunos ejemplos, uno de esos juguetes que está presente en muchas familias es una casita infantil. En la web Casitasinfantiles.eu aparecen razones más que suficientes para adquirir uno de estos juguetes, así como diferentes modelos de mucho éxito en el mercado.
Con una casita infantil, los niños en la familia pueden dejar volar su imaginación, fomentar su creatividad y emular a los adultos. De alguna manera, los juegos son para los animales un ensayo de lo que serán cuando vayan creciendo. Si los adultos, y los niños, viven en casas, los pequeños emulan con estas casas infantiles los comportamientos de los adultos.
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Juguetes para estimular a los pequeños
La estimulación es importante, pero, ¿es cualquier estimulación positiva? Resulta fundamental que los juguetes con los que juegan los pequeños se correspondan con su edad, de modo que si el bebé es menor de seis años, no debe recibir estímulos propias de otras edades. Hay que cuidar el exceso de ruido o movimiento.
Debemos tener en cuenta que hay juguetes que estimulan los cinco sentidos de los bebés, estos son los más apropiados. Siempre que sea posible, los adultos han de compartir con los pequeños los momentos de diversión, para generar un vínculo de afecto. Los juguetes pueden incluir espejos blancos, mordedores, sonajeros, muñecos y juguetes sensoriales.
Por otra parte, otro de esos juguetes fundamentales son los andadores correpasillos. Este utensilio resulta útil especialmente a partir de los seis meses de edad, que es cuando los bebés comienzan a adquirir habilidades para aprender a andar. En el periodo de este aprendizaje, todos los bebés pasan por las mismas fases, aunque en diferente tiempo de vida: sentarse, reptar y gatear. A partir de ahí, ya dan un paso más hasta caminar.
Desde la web Correpasillos.eu nos muestran información interesante sobre el proceso de caminar y cómo los juguetes correpasillos permiten acelerar esta fase de desarrollo en los bebés. En muchos casos, los andadores incluyen también otros estímulos sensoriales, haciendo de estos juguetes una opción altamente recomendable para el desarrollo de un bebé en su primer año de vida.
Los consejos sobre seguridad
Desde los cero a los tres años de vida de los bebés, sean cuales sean sus juguetes y juegos interactivos, es vital que estos hayan pasado unas pruebas a fin de verificar que son productos que no tienen piezas pequeñas que puedan ser inhaladas o ingeridas.
Los juguetes deben verificar la marca CE, esta debe venir expresada claramente en la caja, y lo mismo ocurre con la edad recomendada. La seguridad hay que cuidarla también al desembalar: cajas, precintos, plásticos y papeles de envolver nunca deben quedar al alcance de un niño pequeño, para evitar que queden atrapados u ocurra algún episodio de ingesta accidental.
En viviendas con hermanos mayores hay que hacer partícipes a estos de la necesidad de recoger y guardar sus juguetes, para que el hermano menor no las pueda coger y sufrir algún percance. Por supuesto, los hermanos deben jugar entre ellos y los mayores hacen bien en trabajar para mejorar el desarrollo sensorial y espacial de los más pequeños.
Aprender con el cuerpo y con la cabeza
En los primeros meses de vida, los bebés tienen como única herramienta para acercarse al mundo sus sentidos. De este modo, frente a un sonajero, una alfombra de actividades es mejor opción. Con ella, la vista se potencia al distinguir contrastes, formas, colores y los límites de un objeto. Con el tacto ocurre igual, al ir descubriendo nuevas texturas; y con el oído más de lo mismo.
Los andadores, muchos de los cuales incluyen diferentes colores, bocinas y estímulos visuales y auditivos, son juguetes altamente recomendables. Con ellos progresa también la psicomotricidad y el niño pequeño no deja de desarrollar su cerebro, que está en plena ebullición intentando procesar toda la información sensorial que recibe su cuerpo.Los juguetes y juegos son vitales para un niño en sus primeros años de vida, con ellos no solo hay que conseguir que el pequeño se divierta, como propósito hay que incluir que el pequeño vaya conociendo su mundo y la realidad que le rodea.
Muy buena noticia! La verdad que los padres muchas veces lo tenemos complicado para encontrar un regalo que le guste a nuestros hijos y a la vez sea seguro, y nos matamos a ver páginas con comparativas para que nos orienten un poco en los regalos.
Me ha gustado mucho tu artículo así que seguiré al tanto de tus actualizaciones 😉