Enriquecer tus ensaladas o tus batidos y yogures con un toque distinto puede, en función del ingrediente que elijas, convertirse en un gesto que revierta en un beneficio directo para tu salud. Seguro que en algún momento has probado la quinoa o la cúrcuma, añadidos al uso cotidiano de aceite de oliva o legumbres, dos clásicos de la comida saludable.
Hay opciones más novedosas cuyos beneficios no son aún tan conocidos y, sin embargo, gozan del respaldo de los especialistas. Las semillas de cannabis en Sensoryseeds son un ejemplo muy significativo. No solo destacan por ser una interesante fuente nutricional, además inciden en la mejora del funcionamiento de órganos esenciales de nuestro organismo, como analizamos a continuación.
Las semillas de cáñamo o de marihuana provienen de la misma especie vegetal, el cannabis, aunque de variedades diferentes. Sin embargo, ambas comparten una característica que resulta esencial conocer de antemano, para despejar ciertas dudas que pueden frenar su consumo en muchas personas. Estas semillas contienen unos imperceptibles niveles de THC, que es la sustancia que produce los efectos psicotrópicos que se asocian al consumo lúdico de la marihuana. Es decir, el consumo de estas semillas de cannabis ni genera dependencia, ni va acompañado de ningún tipo de alteración en nuestro estado mental o emocional. En ese sentido, total tranquilidad. Toca, pues, fijar la atención en sus beneficios en nuestra salud.
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Recordando la aportación nutritiva de las semillas de cannabis
Es importante recordar el tipo de nutrientes que incluyen las semillas de cannabis para entender porqué son saludables. Piensa, además, que estamos hablando de una cantidad muy pequeña de este alimento, apenas lo que sería una nuez o puñadito, lo que implica que es muy sencillo incorporarlo a nuestra alimentación habitual. Esos 30 gramos contienen un 30% de grasas saludables, especialmente los famosos Omega 3 (ácido alfa-linolénico) y Omega 6 (ácido linoleico) tan recomendables para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular. También es interesante su aporte de proteínas de alta calidad que representa un 25% de su contenido de calorías, muy por encima de la proporción en alimentos similares como las semillas de chía o las de lino que se mueven en márgenes del 16-18%.
Finalmente, no es menos importante la absorción de vitaminas y minerales que obtiene nuestro cuerpo de las semillas de cannabis. Calcio, hierro, fósforo, zinc, sodio, potasio, magnesio o azufre son los que más destacan en las línea de minerales esenciales. Respecto a las vitaminas, destaca la presencia de la Vitamina E, un potente antioxidante que actúa sobre los daños que los radicales libres ocasionan a las células.
Piel, corazón y aparato digestivo, los más beneficiados
Además de su efecto positivo sobre nuestra nutrición, hay tres órganos destacan por ser los que más ventajas sacan de la incorporación de semillas de cannabis a nuestra alimentación. En primer lugar el corazón y todo el sistema circulatorio, incluso hasta el punto de considerarse un buen método para prevenir posibles ataques al corazón, siempre que se combine por supuesto con otros hábitos de vida saludables. Pero, es indudable que su alto contenido de aminoácido arginina que contribuye a la producción de óxido nítrico es un notable vasodilatador. También contribuye a reducir la presión arterial y a la disminución de la formación de trombos. Con todos estos elementos es fácil entender porqué se recomienda su ingesta.
Las semillas de cannabis, además son un excelente aliado para quienes tienen problemas de piel. En concreto, la presencia de la vitamina E antes citada por su potencial como antioxidante ayuda a la regeneración de la dermis de forma natural, un efecto rejuvenecedor del que todos podemos disfrutar. Y, son especialmente beneficiosas para personas con psoriasis y otras enfermedades cutáneas. Por último, no podemos omitir su importancia como fuente de fibras, tanto solubles (20% de su contenido) e insolubles (hasta un 80%). Esto implica que son muy útiles para facilitar el proceso digestivo y evitar problemas de estreñimiento. Eso sí, para mantener estas proporciones de fibra hay que consumirlas con cáscara, como ocurre con los cereales que se recomiendan en formato integral.
Una de las grandes ventajas de las semillas de cannabis es que se pueden incorporar a la comida crudas, asadas o cocidas, lo que hace sumamente sencillo su uso. No es necesario que modifiques tus hábitos alimentarios, basta con que incluyas tres cucharadas de este producto para que le proporciones a tu cuerpo un plus de cuidados. Aunque parezca un descubrimiento muy novedoso, consecuencia de las tendencias saludables de moda en este inicio de siglo XXI, lo cierto es que se trata de una receta milenaria. Como en otras costumbres similares, los asiáticos nos superan en experiencia. ¡En China llevan más de 3.000 años usando las semillas de cannabis como complemento alimentario o, lo que es más significativo, como ingrediente de sus fórmulas de medicina natural!