La policía de inteligencia de Venezuela detuvo el jueves al jefe de gabinete del líder de la oposición, Juan Guaidó, el ataque más significativo en el campo de la oposición desde que Guaidó se declaró presidente interino del país hace dos meses.
Estados Unidos, fiel aliado de Guaidó, condenó el arresto de Roberto Marrero, y prometió una respuesta contundente. Guaidó dijo que la detención solo redoblaría sus esfuerzos para obligar al presidente Nicolás Maduro a ceder el poder.
“No tenemos miedo”, dijo Guaidó a los reporteros, rodeado de otros líderes de la oposición. “La única escalada posible aquí de la que puedo estar seguro es de aumentar la presión en la calle” para expulsar a Maduro.
Desde finales de enero, la oposición venezolana ha estado bloqueada en un enfrentamiento con Maduro, que ha dejado al país en la difícil posición de tener demandantes rivales para el liderazgo del país. Aproximadamente 50 naciones han reconocido a Guaidó como el líder interino de Venezuela, aun cuando Maduro parece tener toda la intención de superar la crisis y mantenerse en el poder.