La salud de los pies

El error de no tener en cuenta la salud de los pies

Una de las zonas del cuerpo humano a la que no se le presta la debida atención, son los pies, a pesar de que es de las que recibe maltrato constantemente. Son las extremidades corporales sobre las que se apoya el cuerpo para mantener el equilibrio, reducen el impacto al caminar y facilitan la adaptación al terreno. Y todo esto mientras están encerrados la mayor parte del día en el calzado, que no siempre es el más cómodo.

Al dar cada paso, los pies soportan una gran presión y esto se magnifica al saltar o correr, por lo que pueden aparecer dolencias o patologías. Por eso es tan importante cuidar esta área del cuerpo y acudir a profesionales cuando sea necesario.

Darles la importancia y cuidado que merecen

Cuando surgen afecciones o problemas en esta parte del cuerpo, se debe contactar con un experto en esta especialidad de la medicina, como un podólogo Málaga, quien se encargará de solucionar los problemas de los pies como una mala alineación, las durezas, helomas, la sudoración e infecciones por hongos.

¿Cuáles son los servicios médicos que ofrece un podólogo?

Son los encargados de diagnosticar y ofrecer soluciones ante deformaciones y otras afecciones, sobre todo, cuando llega la vejez. Eliminan los callos y durezas, tratan las uñas encarnadas, el llamado pie diabético y las infiltraciones. Además, se encargan de realizar exámenes ecográficos y colocar vendajes neuromusculares y otros tratamientos.

La podología trata y alivia todas estas dolencias y se encarga de la prevención de ellas a edades tempranas, con el fin de prevenir males mayores, al igual que diagnostica y orienta a aquellos que practican actividades físicas intensas, como los deportistas. También son los encargados de intervenciones quirúrgicas en esta área, como las cirugías de los pies.

El cuidado de la pisada

Muy pocas personas saben que los pies soportan, de dos a cuatro veces, el peso del cuerpo en cada paso, es por eso que merecen cuidado en todo el transcurso de la vida. Y esto aplica especialmente para los deportistas, quienes deben estar muy pendientes del cuidado de la pisada, para lo que deben acudir con regularidad a un podólogo deportivo. De esta manera podrán realizar actividades deportivas de una forma adecuada, sin causar daños a su estructura y a su funcionamiento.

El cuidado de los pies

Los podólogos deportivos se encargan de evaluar, estudiar y diagnosticar el estudio de la pisada, analizar la técnica al correr, realizar un test de zapatillas para poder recomendar plantillas a medida en los casos que sea necesario. Cuando un paciente necesita recuperarse de lesiones mediante terapias, son los encargados de dirigirlas y realizan un exhaustivo estudio biomecánico en la bicicleta.

La repetición de movimientos puede causar irregularidades

La práctica deportiva implica movimientos repetitivos que generan sobrecargas en los pies, y éstas pueden ocasionar problemas de diversa índole, por lo que para evitar lesiones y patologías graves es muy importante acudir a un podólogo deportivo que asesore en el desempeño de esta actividad. El rendimiento del atleta está en juego, así que lo mejor es acudir a un profesional cualificado.

La medicina más eficaz es la prevención

Cuando a un niño se le logra detectar una pisada incorrecta, mediante un seguimiento y diagnóstico temprano, un podólogo infantil puede evitar una patología a tiempo. En estos casos será posible implementar soluciones para los problemas relacionados con la pisada, con tratamientos sencillos que habitualmente no causan dolor, como ejercicios que se adapten a cada paciente y plantillas específicamente diseñadas o férulas.

Ante la menor señal de alarma

La edad ideal para revisar la pisada y la marcha de un niño es a los cuatro o cinco años y, si todo va bien, acudir nuevamente entre los nueve y los diez años. En caso de que el niño presente indicios como no caminar bien, caerse fácilmente, andar de puntillas, así como que se vean desgastes asimétricos en su calzado, imposibilidad de mantener carrera o marcha continua, y en general, cualquier sintomatología que cause dolor o molestia, se debe consultar lo más pronto posible a un experto.

Prevenir siempre es mejor que curar, pero para eso, los padres deben estar al tanto de los problemas de pisada que pueda presentar el pequeño, desde edades tempranas.

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