Dada la importancia que tiene para las empresas mantener una buena imagen, proyectarse socialmente y sostener una comunicación eficaz, el protocolo y la organización de eventos han tomado un gran auge no solo en España sino en todo el mundo.
Hay muchos jóvenes que cuando terminan la secundaria ya saben cuál es la carrera o profesión que van a estudiar, la mayoría por vocación o porque se identifican con cierta área del conocimiento. Pero a todos no les ocurre lo mismo, son muchos a quienes les asalta una profunda indecisión en cuanto a qué carrera deben elegir para estudiar.
Algunos deciden qué estudiar por el sueldo que puedan percibir con una determinada carrera, mientras otros tantos, lo hacen pensando en la demanda del mercado laboral.
En este sentido, desde hace algunos años estudiar protocolo y etiqueta está siendo considerada como una de las mejores opciones para desarrollarse profesionalmente, ya que esta carrera, además de contar con varias salidas laborales, se consolida por tener una gran proyección profesional.
Y es que los eventos y relaciones institucionales juegan un papel determinante en cualquier organización, por lo que obligatoriamente deben aplicar estrategias de comunicación para establecer un acercamiento más directo con sus distintos públicos, por ello es importante contar con un profesional formado en la rama del protocolo y en la organización de eventos.
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Salidas o grados profesionales
La carrera o el estudio del protocolo, etiqueta u organización de eventos, tiene acceso a un gran número de salidas profesionales, esto gracias a que los dueños de empresas han comenzado a ver la importancia de este personal para la imagen.
Elegir una salida o grado en protocolo dependerá del área en la que se quiera trabajar. Hay varias opciones entre las que podemos mencionar jefe de protocolo y ceremonial en instituciones públicas y privadas, director de relaciones institucionales, director de gabinete, director de comunicación, técnico en protocolo en un departamento de protocolo, relaciones públicas en el sector hotelero y en la empresa en general, consultor o asesor de protocolo y organización de actos, empresas de organización de congresos y eventos y secretario/a de alta dirección.
Cabe destacar que existen muchos centros de enseñanza en el país que entre sus ofertas de estudios cuentan con cursos o estudios de protocolo, pero sin duda alguna, el lugar ideal para estudiar protocolo en España es el Instituto Mediterráneo de Estudio de Protocolo (IMEP), porque además de ser los pioneros en la formación de esta profesión, cuentan con el más cualificado grupo de especialistas que ayudan a crecer personal y profesionalmente.
Con una trayectoria de más de 20 años, este centro de estudios superiores se ha convertido en el instituto universitario de referencia a nivel nacional en las áreas de protocolo, organización de eventos y de relaciones institucionales, que otorga titulaciones oficiales de grado y máster avaladas por el Ministerio de Educación y de la Universidad Miguel Hernández (UMH), universidad con sello de excelencia en España.
¿Cuál es la función de un director de protocolo?
Un director o jefe de protocolo tiene muchas responsabilidades dentro de cualquier organización, empresa o institución, pero entre las más importantes están trabajar en la planificación, coordinación, organización y supervisión de todos los actos y ceremonias, tanto dentro como fuera de la institución en la que preste sus servicios.
Asimismo, deberá elaborar los procedimientos protocolares y ordenamientos de la empresa donde trabaje, para así asesorar al personal en temas ceremoniales y de protocolo, y crear un programa para planificar la agenda protocolaria.
Entre las funciones principales de un jefe de protocolo también está gestionar los recursos de todas las actividades protocolares realizadas, como fotos, vídeos, discursos, entre otros, así como mantener actualizado el fichero protocolario de la empresa y velar por el cumplimiento estricto de las órdenes emitidas por el dueño de la empresa para la organización de un acto o ceremonia.
Todo esto implica que un jefe de protocolo, además de la preparación de los actos, debe ser capaz de resolver cualquier incidencia previsible, incluso al margen de su presencia.