La última actualización oficial de la Real Academia Española (en su 23ª edición), incluye 62 palabras adicionales. Entre las adiciones hay más de una docena de palabras de origen inglés. Añadir anglicismos al preeminente diccionario de la lengua española es, naturalmente, una empresa precaria. La decisión de incluir o excluir una derivación en inglés en particular debe equilibrar las funciones del Diccionario como un regulador autorizado del uso del español, por un lado, y, por otro, como un reflejo sensible de cómo las personas realmente usan el idioma.
El diccionario se extiende entre los roles de alguacil léxico y barómetro léxico. Para lograr este equilibrio, la RAE se basa en las deliberaciones de un selecto grupo de influyentes autores y eruditos lingüísticos españoles, la academia de su título. Juntos, negocian la política y la práctica de la RAE en el ámbito de su lema fundacional.
Al tratar con palabras que vienen de un idioma extranjero, llevar a cabo esta misión de tres partes de purificar, establecer y hacer el español aún más espléndido puede ser una tarea delicada. La Academia no está cerrada a la incorporación de “extranjerismos”, afirma Darío Villanueva , Director de la RAE, que habló sobre el lanzamiento oficial de la última edición del Diccionario , “sería preocupante si hubiera una reiteración excesiva de las palabras en inglés sin que sean necesarias”.
Entre los miembros de la Real Academia Española, José María Merino, por ejemplo, insta a tener cuidado al determinar qué términos en inglés debería admitir o excluir el Diccionario oficial . Hace poco hablé con él sobre sus perspectivas sobre cómo distinguir entre la “reiteración excesiva” y el “uso necesario” de los anglicismos en español. Merino solo está a favor, en principio, de incluir derivaciones en inglés que aún no tengan una contraparte en español.
El advenimiento de los inventos que primero obtienen una identificación generalizada en inglés ofrece a los candidatos claros para su inclusión. En este sentido, Merino apunta al uso establecido de la terminología en inglés como raíl, tren o radio en español. Más allá de las innovaciones tecnológicas, las costumbres particulares pueden dar lugar a calques en vocabulario extranjero. Palabras de inglés como sandwich, gol y ticket ingresaron a los diccionarios de la Real Academia hace cien años.