Cualquier persona que tenga un mínimo conocimiento del mundo del trading ha oído alguna vez hablar de la venta en corto, sin embargo, ¿sabe realmente qué es y cómo funciona? Los traders principiantes no lo suelen tener claro el concepto y muchas veces lo confunden con otros términos. Vender en corto consiste en intentar obtener rendimiento de un mercado o un activo bajista. Se trata de vender caro y comprar barato, logrando un beneficio con esta operación.
Por ejemplo, vendemos 100 acciones de una compañía cotizada por 10 euros el título en una de las plataformas de trading. Al poco tiempo, su valor cae hasta los 5 euros por acción, momento en el que el trader vuelve a comprar esas acciones con lo que obtiene una ganancia de 500 euros menos las comisiones e intereses que debe pagar por la posición.
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Escenarios más favorables a las ventas en corto
Pese a que los mercados son impredecibles (en caso contrario sería fácil obtener ganancias) sí podemos encontrar algunos factores que nos pueden dar pistas de la tendencia que seguirá. Más allá del análisis técnico y fundamental, estos son los tres escenarios más propicios para llevar a cabo posiciones cortas:
- Crisis financiera. Cuando estalla una crisis la de 2008 -que afectó a las grandes economías de manera global y provocó el desplome de los mercados- surgen grandes oportunidades de inversión si optamos por posiciones en corto.
- Escándalo empresarial. Una compañía envuelta en un escándalo de grandes dimensiones, lo suficiente para afectar a su cotización, es otra buena oportunidad para operar en corto.
- Malos resultados económicos. Las compañías cotizadas están obligadas a publicar sus cuentas de manera periódica. Las estimaciones de ganancias o de pérdidas que suelen hacer los analistas pueden dar alguna pista a los traders más atentos para iniciar nuevas posiciones en corto… o deshacerlas.
Operar en corto a través de CFD
Cuando operamos en corto de manera directa necesitamos que alguien -normalmente el bróker- nos preste el activo para poder venderlo y comprarlo de nuevo, devolviendo el préstamo después e intentando obtener la diferencia. Para evitar recurrir a ese préstamos podemos utilizar los contratos por diferencia o CFD, instrumentos perfectos para operar en corto ya que permiten especular sobre si un activo o un mercado subirá o caerá sin necesidad de poseer ese activo. Un CFD no es más que un contrato entre el trader y el bróker en el que ambas partes intercambian la diferencia entre el precio del activo a la firma del contrato y el precio del mismo cuando finaliza.
Gracias a los CFD, el trader puede operar con posiciones apalancadas, es decir, que no requiere de un gran capital para comenzar a invertir. No obstante, debe tener cuidado con el apalancamiento ya que, al igual que multiplica las ganancias, también aumenta las pérdidas en caso de una posición perdedora.
Por otro lado, los contratos por diferencia son útiles para negociar en largo o en corto y permiten utilizar herramientas para la gestión de riesgos.
Vender en corto criptomonedas
La venta en corto se convirtió en un buen recurso para intentar obtener rentabilidad cuando el valor de las principales criptomonedas cayó bruscamente. Tomando como ejemplo el bitcoin, llegó a valer los 90.000 dólares, sin embargo, actualmente apenas alcanza los 8.000 dólares, según figura en la web especializada Coinmarketcap.com. Aquellos que operar en corto pudieron obtener una importante rentabilidad.
Muchos brókers ofrecen ya la posibilidad de operar criptomonedas a través de CFD, por lo que la venta en corto es más fácil. En el caso de las monedas virtuales, estos contratos nos dan mayor seguridad al evitar cualquier pirateo o manipulación en el mercado de criptomonedas. Además, como hemos explicado más arriba, permite las posiciones apalancadas. Las transacciones funcionan como en Forex, combinadas con el euro o con el dólar.