Georgia es un país muy joven, ya que apenas celebra su 27 aniversario de independencia. Sin embargo, su capital es un poblado con más de 1.500 años de antigüedad y el país está repleto de historia medieval.
Hasta hace poco, el país era un destino turístico al que solo accedían personas de algunos países de la antigua esfera soviética, y que además, era bastante desconocido para Latinoamérica y el Caribe.
Eso poco a poco ha ido cambiando, y en la actualidad recibe a más de 4 millones de turistas de todo el mundo y el gobierno está tomando medidas de impulso que permitan posicionar a la pequeña y joven república dentro del mapa turístico mundial.
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Georgia: un país difícil de definir
Geográficamente, Georgia se encuentra en Asia, ya que está situada al sur de las montañas del Cáucaso, aunque muchos insisten en que se encuentra en Europa, por sus límites con Rusia. Al estar ubicada en una zona estratégica entre Asia y Europa, hizo parte de la Ruta de la Seda.
Como cultura, el país es un pequeño territorio cristiano en medio de una zona mayormente musulmana, mientras que recibe mucha influencia europea y de medio oriente, lo que ofrece un toque exótico.
Su capital, tiene más de 1.500 años de historia y es bastante peculiar, siendo un valle bastante estrecho y teniendo una catarata justo en el centro histórico de la ciudad, además de diferentes fuentes de de aguas termales, cuya infraestructura es evidencia de su pasado medieval.
Además, es una ciudad desinhibida. Prueba de ello, el hecho de que al salir de su catedral más ortodoxa, nos encontramos con una vinoteca.
Buena parte del país se encuentra compuesto por iglesias y monasterios de más de 1.000 años, con profundas raíces cristianas. Mtskheta, capital histórica del antiguo reino de Iberia, es una ciudad museo que parece escenografía de la serie “Juego de Tronos”. Aquí se encuentra la catedral ortodoxa de Svetitskhoveli, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Posee una antigua cultura de vino
Al llegar a la capital, el recibimiento lo hace la estatua de la “Madre Georgia”, sosteniendo una gran copa de vino en una mano y una espada en la otra. Y es que allí se producen unos vinos excelentes y la vinicultura no es algo nuevo, ya que consumen vino desde hace unos 9.000 años.
De hecho, un dato curioso que seguramente solo los reales aficionados a la vinicultura conocen, es que Georgia es la cuna de los primeros vinos. Científicos han encontrado trozos de vasijas con restos de ácido tartárico, lo cual significa que eran recipientes que se utilizaban para elaborar vino.
Hace una década, se trataba de un país convulsionado, inseguro y uno de los más corruptos del mundo. En la actualidad, es un destino seguro, cuyo centro histórico ha sido completamente renovado y busca ganar su propio espacio dentro del panorama del turismo global con una propuesta interesante, capaz de competir con destinos como Praga.