La llegada del otoño es sinónimo de que las bajas temperaturas, el mal tiempo y las precipitaciones están a la vuelta de la esquina. A pesar de que el calentamiento global y el cambio climático nos lleva a vivir situaciones desconocidas y atípicas, el frío acabará llegando y los hogares deben estar preparados para ello.
En la actualidad encontramos diferentes sistemas de calefacción que pueden “aclimatarse” mejor o peor a los domicilios, pero para acertar con la elección de este sistema hay que tener en cuenta condicionantes como el tamaño de la vivienda, la orientación, los aislamientos, el uso que se le dé a la vivienda, la climatología dela zona, el precio de la energía, la dificultad de la instalación, el mantenimiento y variables como el respeto al medio ambiente y las ayudas públicas.
Son numerosos los factores a considerar y que influyen en la decisión a tomar. Un consejo extra es que, muchas veces, el sistema más usado no es el más eficiente. Cuando un consumidor decide no invertir cierta cantidad de dinero en la instalación de un determinado sistema de climatización, lo que puede estar haciendo es pagar más por la factura eléctrica a largo plazo, sin aprovecharse de las posibles amortizaciones de los sistemas descartados.
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Utilizar calderas de gas y radiadores
Las calderas de gas utilizan el gas natural, o gas ciudad, como combustible para calentar agua, que puede utilizarse para la calefacción de la casa, pero también para calentar agua sanitaria.
El sistema de calefacción por gas se basa en un circuito de agua que pasa por toda la casa y calienta de forma homogénea toda la vivienda a través de radiadores. En Climagas Energía son profesionales de la instalación de calderas en Madrid, pero también trabajan con otros equipos de instalación de calefacción en Madrid.
Un aspecto positivo de las calderas de gas es que calientan sin problemas grandes viviendas de manera homogénea. Son ideales para zonas con climas muy fríos y es el sistema de calefacción más utilizado en España. A esta ventaja se le añade el hecho de que no reseca el ambiente, como sí lo hace el aire acondicionado.
El principal inconveniente de este sistema es que requiere revisiones periódicas por parte de la empresa instaladora, así como limpiezas anuales. Por otra parte, si se vive muy alejado de núcleos urbanos es posible que el suministro de gas natural no llegue a la zona de residencia.
En caso de tener que introducir mejoras en las calderas, lo más adecuado es acudir a empresas como Climatik, que están especializados en repuestos de calefacción. Esta empresa, con más de 30 años de experiencia, ofrece recambios de calefacción para todo tipo de sistemas.
Las calderas de gasoil
Este sistema es una alternativa a las calderas de gas. Mantienen un funcionamiento muy similar y cuentan con la ventaja de que su rendimiento es muy alto, aunque no tan alto como el de las calderas de gas. Los costes de instalación sí son más bajos que si se utiliza como combustible gas natural o gas ciudad.
Las desventajas más reseñables son el alto precio del combustible que se ve encarecido por la necesidad de tener que transportarlo y almacenarlo en casa. Este tipo de calderas son más duraderas que las de gas, pues la quema del gasoil ayuda a su mantenimiento. Muchos usuarios optan por esta fórmula de calefacción porque habitan en zonas donde no hay suministro de gas natural y no quieren invertir en esa instalación.
Las calderas eléctricas y el suelo radiante
Una opción alternativa a las calderas de gas natural y las de gasoil son las calderas eléctricas, que calientan el agua mediante electricidad. Con este sistema se evita cualquier problema de fuga de gas o intoxicaciones por monóxido de carbono.
Por otra parte, la eficacia de la calefacción no va a depender de que el suministro llegue a la zona donde se reside y el consumidor se ahorra el coste de instalación del gas natural. Las calderas eléctricas son más seguras y tienen poco mantenimientos, aunque su consumo es mucho más elevado, y esto es un aspecto muy a tener en cuenta, debido al alto precio de la electricidad en España.
Por estas razones, se trata de un sistema ideal para viviendas sin suministro de gas natural que utilicen poco la calefacción.
Las estufas de biomasa
Sin analizar las ventajas y desventajas que suponen las chimeneas de leña y carbón, un último sistema que está ganando fama en los últimos años son las estufas de biomasa. Este tipo de estufas tienen un gran poder calorífico y no generan apenas residuos.
Las ventajas principales de este sistema es que son más ecológicas que los combustibles fósiles y emiten muy poca cantidad de humos. En algunas comunidades se activan constantemente ayudas para adquirir e instalar este sistema, que resulta muy eficiente en viviendas no demasiado grandes que solo necesitan calentar determinadas zonas de la casa.
Los inconvenientes más destacados son el mantenimiento continuo, es necesaria una limpieza semanal para que la ceniza no obstruya los conductos, la obligatoriedad de disponer de una salida de humos para instalar una estufa de este tipo y el precio, pues suele ser más caro comprar una estufa de pellets que una caldera de gas.