Mucho se habla últimamente de la Mediación Familiar, pero pocos saben lo que realmente significa. Este proceso extrajudicial busca, mediante la intervención objetiva de una persona ajena, el diálogo y el acuerdo entre partes de una familia o entre cónyuges, de forma que se pueda evitar llegar a Judicatura.
La Mediación Familiar es un procedimiento extrajudicial voluntario para la resolución de determinados conflictos. Dicho de otra manera, es la forma de resolver algunos problemas de índole familiar de forma consensuada y sin tener que llegar a abrir causa judicial, o incluso cuando ya esté abierta. La Mediación Familiar cuenta con la intervención de una persona mediadora que es imparcial frente a la situación de conflicto y cuya labor es ayudar a la familia o a los cónyuges a dialogar y llegar a acuerdos que beneficien a todos.
Normalmente es un proceso que se abre cuando dentro de una familia hay problemas de diversos tipos, como separación matrimonial, divorcio, problemas en el pago de pensiones alimenticias de los hijos comunes, complicaciones con el cuidado de menores, o las dificultades originadas por el cuidado de personas discapacitadas o mayores a cargo.
En ese sentido, la importancia de la Mediación Familiar radica en que mediante este procedimiento se intenta llegar a acuerdos consensuados entre las partes de forma voluntaria, sorteando el conflicto mediante el diálogo y con la guía del mediador, que ayudará a minimizar, resolver e, incluso en algunos casos, a prevenir los conflictos familiares entre los miembros de la familia.
En la mayoría de los casos la figura del mediador debe ser solicitada de forma voluntaria y todas las partes deben de estar de acuerdo con su mediación. De esta forma se evitan muchos costes a nivel jurídico, en tiempos de espera para recibir sentencia y, por supuesto, un ahorro de coste personal y emocional que no tiene precio.
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¿Qué se necesita para dedicarse a la Mediación Familiar?
Aquellas personas que, por su formación académica, por su forma de entender la vida y porque se sienten bien ayudando a los demás, podrán hacer de la Mediación Familiar su trabajo. Solo es necesario contar con una serie de requisitos entre los que se incluyen formación universitaria oficial, título de Licenciatura, Diplomatura, Grado o Formación Profesional Superior. Y por supuesto, contar con formación específica en materia de mediación desde un enfoque multidisciplinar de carácter social, educativo, jurídico y psicológico.
El curso mediación familiar ofertado por Formación Alcalá cuenta con 350 horas de certificación (14 créditos ECTS) por parte de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, y es válido en bolsas y oposiciones. Este curso brinda una gran cantidad de material teórico y práctico sobre mediación familiar totalmente actualizado, entre los que destacan temáticas como técnicas de mediación, formación en comunicación familiar y conflictos, o contenidos legislativos.
Formación continua en diversos ámbitos
Hoy por hoy, a parte de los estudios específicos que cada persona realice según el campo laboral en el que querría trabajar, existen otra serie de complementos a la formación que ayudan a la persona a dibujar más claramente su futuro laboral mediante la especialización a través de cursos y máster. En Formación Alcalá brindan la posibilidad de estar al día en las cuestiones de más actualidad y con los cursos y máster más novedosos de forma online, para que la distancia no sea un problema para su formación.
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