Seguramente, una de tantas veces que hayas ido a comprar algo te hayas detenido al ver su precio. Desde pequeños, la idea de que lo bueno es caro y lo malo es barato es una que nos persigue constantemente, y nos puede llevar a muchos errores. La clave, realmente, se encuentra en el equilibrio. Hay una curva que marca el punto adecuado entre el valor y calidad de un producto y su precio, una que nos hace hablar de la importancia de la relación calidad/precio.
Puede parecer un asunto baladí, pero lo cierto es que es realmente importante, porque el punto medio siempre es la clave. Los productos más comprados suelen ser los que más durabilidad y satisfacción otorgan a sus consumidores, y uno de los puntos que lleva a dicha satisfacción es ni más ni menos que tener la sensación de que se ha pagado el precio adecuado para el beneficio obtenido con la compra realizada.
¿Comprarías un Ferrari para circular por unos carriles de tierra?, ¿usarías un portátil de hace 15 años para dedicarte a la edición de vídeo profesional? Gastar más no te lleva a gozar de una buena calidad, pero tampoco ahorrar más de la cuenta. Son dos casos extremos, pero bastante ilustrativos para lo que queremos transmitir.
Saber moverse en la curva en la que las calidades y los precios se encuentran en un equilibrio perfecto es la mejor manera de exprimir hasta el último céntimo invertido, como también de garantizar algo que realmente valga el precio por el que se encuentra a la venta. Si quieres hacerte con los mejores productos calidad precio, puedes acceder a páginas web como calidad precio. Un lugar en el que acceder a comparativas de productos de toda clase, con rankings actualizados y siempre a medida del público para ofrecer la información más detallada y, por supuesto, poder comparar tanto prestaciones como precios de venta.
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Precios, el factor principal en las compras
Más allá de las calidades y su relación con el total a pagar. Uno de los principales puntos que observa cualquier consumidor a la hora de realizar una compra es el precio de su producto en sí. Una cifra puede ser lo que marque la diferencia entre aceptar o rechazar una oferta, sea el sector que sea y el tipo de producto que sea.
Como se puede ver en este estudio de pubmed, uno de los lugares más reputados en lo que respecta a estudios científicos, a la hora de comprar alimentos de cualquier clase, los consumidores se centran siempre en observar primero cuánto cuestan. Si ordenamos los factores que influyen en la compra, el importe a pagar ocupa el segundo escalón a la hora de decidir, por detrás del sabor y por delante de la necesidad y el valor nutritivo.
Esto es algo que sucede en el sector de la alimentación, pero que se extiende a cualquier otro al que un consumidor pueda acercarse. En España, sobre todo a raíz de la última crisis económica, el dinero se ha vuelto el factor más importante a la hora de determinar cualquier tipo de compra, más aún si la capacidad adquisitiva de las familias se ha visto tan mermada.
Cadenas low-cost, las más beneficiadas
Aunque, en los tiempos que corren, internet ha democratizado el acceso a miles de productos de todas las marcas y sectores al facilitar el acceso a todo tipo de ofertas, o incluso gracias a portales como el citado calidad precio, lo cierto es que las cadenas low-cost son las que más han crecido a raíz de todo esto. Si volvemos a mirar a la alimentación, nombres como Mercadona o Lidl son los que más han logrado despuntar.
Y todo por que, como decíamos, son empresas que tratan de ajustar al máximo la relación entre la calidad y el precio. Los productos de marca blanca, sin ir más lejos, son los que más inundan las cestas de compra de todos los consumidores. ¿Por qué? Porque ofrecen prestaciones muy cercanas a las de las grandes marcas y, en ocasiones, lo hacen a cambio de un coste que a veces puede equivaler tan solo a una tercera parte.
No es una afirmación sin fundamento. La cuota de mercado de, por ejemplo, Mercadona, ha aumentado más de un 40% en los últimos años. Y es que, tal y como revela otro reciente estudio elaborado por Kantar-WorldPanel, el 74% de las familias de España se centran en la relación entre la calidad y el precio para comprar, aunque también hay que hablar de un más que reseñable 66% de la población que considera altamente relevante la proximidad al establecimiento en el que comprar.
Aunque hay más factores, el auge en la calidad de las marcas blancas y el recorte en sus precios encaja mejor en las posibilidades económicas de muchos hogares y, por tanto, dispara sus ventas. Las cadenas que ofrecen productos low-cost son las que más se han visto beneficiadas debido a esta situación, como bien acabamos de explicar, y están logrando hacer que las suyas sean marcas de confianza para el consumidor, generando una fidelidad que también les es altamente rentable.
Porque sí, además de lo que pagamos, también nos importa mucho lo que compramos, y muchos somos capaces de renunciar a determinadas tiendas si no venden los productos de aquellas marcas en las que confiamos. Es un enorme e interesante círculo vicioso.