Después de dos años de investigación sobre la distribución y el diseño del euro digital, el Banco Central Europeo (BCE) pasa a la fase de preparación. Esta sentará las bases para consolidar el proyecto no sin antes establecer normas de funcionamiento, infraestructura y selección de proveedores. Esta etapa es imprescindible para la hipotética emisión del euro digital.
Las nuevas tecnologías aplicadas a las finanzas han dado un paso más con este proyecto de digitalización de la moneda europea gracias a las Fintech. Si sus primeras manifestaciones estaban orientadas a acciones tan sencillas como conseguir préstamos rápidos online o hacer pagos sin contacto, hablar de una moneda digital en la zona euro no para cobrar fuerza.
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Fase preparatoria en marcha
El pasado 18 de octubre, el Banco Central Europeo decidió meterse de lleno en la fase de preparación del euro digital. La fase previa, de investigación, comenzó en octubre de 2021, hace poco más de un año, con el objetivo de estudiar con detalle el diseño y la distribución de esta moneda.
Según informa esta entidad, la moneda será accesible para todo el mundo, empresas incluidas, tras su distribución por parte de las entidades crediticias. También apuntan que será una manera posible de pagar digitalmente en toda la zona euro de manera gratuita y sin necesidad de conectarse a internet.
Además, su utilización facilitaría liquidaciones rápidas y de forma completamente confidencial tanto entre particulares, establecimientos, con la Administración Pública o en el comercio electrónico. Actualmente no existe nada que pueda abarcar todas estas características de pago.
Ventajas del euro digital
El tiempo estimado para el desarrollo de esta fase, que empieza el próximo 1 de noviembre, es de dos años, así que terminaría en noviembre de 2025. Está previsto que incluya todas las normas de funcionamiento, así como la elección de los desarrolladores de la plataforma e infraestructura de la moneda.
Las necesidades del usuario y del Eurosistema deben quedar completamente satisfechas. Por esta razón, se harán constantes pruebas relativas a la privacidad, la experiencia del usuario, la huella en el medioambiente y la inclusión financiera. El BCE, por su parte, se ha comprometido a mantener el contacto con todas las partes interesadas.
Una vez terminen los dos años de prueba, el Consejo de Gobierno será quien tome la decisión de dar el salto a la emisión del euro digital para su uso. Esta decisión está supeditada hasta que acabe el proceso legislativo de la Unión Europea. Si tras este proceso hubiera que retocar el diseño, el BCE tendría la obligación de hacerlo.
Entre las ventajas del euro digital se encuentra la estimulación de la competencia, la innovación y la resiliencia del sector de pagos. Además, tendría una infraestructura propia, lo que lo haría más fuerte al no depender de nadie, y una plataforma paneuropea donde crear distintos servicios a los clientes.
Cómo se distribuirá el euro digital
Desde el Eurosistema plantean la gratuidad de la moneda digital para particulares. Estará basado, apunta el BCE, en el modelo de compensación entre comerciantes e intermediarios. De este modo, se aseguran incentivos donde se garantice la distribución y se proteja el cobro de comisiones.
El usuario accederá a los servicios que ofrezca el euro digital desde una aplicación que le indicará su proveedor de servicios o una creada por el propio Eurosistema. No es condición indispensable tener una cuenta bancaria o dispositivos digitales, ya que se podrá pagar con una tarjeta emitida por entidades públicas como son las oficinas de correos.
Además, está planteado que los propios usuarios sean capaces de convertir euros digitales a efectivo (o al revés) desde máquinas de efectivo. Todo apunta a que este proyecto, en el que colaboran los legisladores de la Unión Europea, es transparente y mantendrá en contacto a todas las partes implicadas.