Dolor de espalda

El dolor de espalda afecta a la mayoría de las personas en algún momento

El dolor de espalda es una dolencia extremadamente común en la sociedad moderna. Se estima que al menos ocho de cada diez personas en todo el mundo padecerán dolor de espalda en algún momento de sus vidas. Por supuesto, la severidad de la dolencia va a depender en gran medida de su causa y el tratamiento que se decida aplicar en el momento de su aparición.

Hay situaciones particulares que pueden hacer que esta dolencia se convierta en crónica. Por ejemplo, las fracturas vertebrales comúnmente afectan la columna lumbar y pueden generar dolores súbitos y crónicos que tardan semanas en ceder, requiriendo tratamientos específicos y aparatos de ortesis.

Dado que la espalda tiene muchas estructuras interconectadas, como huesos, articulaciones, ligamentos y músculos, además de un extenso número de terminaciones nerviosas conectadas al cerebro, en ocasiones se vuelve difícil realizar un diagnóstico certero, aunque la mayoría de dolores eventuales suelen ceder con bastante facilidad.

Causas frecuentes del dolor de espalda

Por lo general, sufrir dolor de espalda suele estar asociado a tensión y rigidez del área lumbar. Sin  embargo, la lista de causas frecuentes es muy amplia y, dada la importancia que tiene la columna para el desempeño de nuestras labores cotidianas, es importante realizar un diagnóstico preciso siendo, en caso de ser necesario, la aplicación de un tratamiento que corresponda.

La mayoría de las veces no existe ningún problema de salud grave asociado al dolor de espalda, es decir, no suele haber enfermedad subyacente originando la dolencia. Lo que sí es cierto, es que son muchos los factores que pueden incrementar considerablemente el riesgo de padecer este dolor. Entre los más comunes tenemos:

  • Asumir una postura incorrecta al sentarse, agacharse, ponerse de pie o permanecer en estas posturas por periodos de tiempo demasiado largos.
  • Levantar o empujar cargas muy pesadas, utilizando una técnica incorrecta o cumplir esta tarea de manera repetitiva por mucho tiempo.
  • Tropezar o sufrir caídas que generen fracturas y/o lesiones.
  • Permanecer en estado de estrés y ansiedad durante largos periodos.
  • Sobrepeso.
  • Sedentarismo.
  • Mala postura al caminar.

También existen causas relacionadas con problemas físicos. Por ejemplo, fracturas, lesiones, discos desplazados, estenosis espinal, osteoartritis, artritis reumatoide, hernias…

¿Qué hacer en caso de dolor de espalda?

Cuando el dolor no responde a causas físicas evidentes como fracturas, lesiones o hernias, es probable que el médico de cabecera ofrezca analgésicos, antiinflamatorios y una medida de autoayuda como pueden ser ejercicios o terapia física. En caso de que la dolencia se vuelva crónica, el paciente será remitido a un traumatólogo para una evaluación más completa.

En casos más complejos, puede ser necesario terapia física e incluso una cirugía. En líneas generales, si queremos evitar el desarrollo de esta clase de dolencias es necesario desarrollar un estilo de vida saludable que incluya una buena alimentación y la práctica regular de ejercicio físico en intensidad moderada, además de trabajar sobre una postura correcta durante las actividades diarias.

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