Consecuencias económicas y emocionales de un divorcio

Consecuencias económicas y emocionales de un divorcio o separación

Este tipo de rupturas matrimoniales pueden traer graves consecuencias en la propia pareja, tanto económicas como emocionales, y desestructurar el núcleo familiar. De ahí la importancia de tener muy claro que se quiere lleva a cabo este trámite, para no sufrir males mayores e innecesarios.

En la actualidad, en España existen diferentes procesos matrimoniales, como es el caso de la nulidad, la separación o el divorcio. Todos ellos se llevan a cabo con un objetivo común, romper el matrimonio y hacer que cada una de las partes, ya no sean convivientes ni formen parte del mismo núcleo familiar. 

En este sentido, lo primero que hay que tener en cuenta son las diferencias existentes entre la separación o divorcio. En este caso, la separación es el proceso a través del cual, la pareja deja de convivir, si bien es cierto que los cónyuges siguen casados. Por su parte, el divorcio sí acaba con el matrimonio, disolviendo el mismo mediante un proceso judicial.

En cualquier caso, sea cual sea la vía elegida para romper ese núcleo familiar, es importante tener en cuenta que ambos procesos provocan consecuencias en las personas intervinientes, tanto económicas como emocionales, haciendo que sufra no solo la pareja, sino también el resto de familiares, especialmente los hijos, en el caso de que se tuvieran.

¿Qué consecuencias económicas se pueden mencionar?

En el caso de que dos personas decidan divorciarse o separarse, es importante tener en cuenta el régimen económico en el que estaban casados, puesto que dependiendo del mismo, las consecuencias serán diferentes. 

Gananciales

Se trata de un régimen donde todos los bienes y beneficios obtenidos durante el matrimonio son comunes, independientemente del miembro de la pareja que los haya aportado. Aquí se incluyen beneficios por trabajo, rentas, intereses, si se tienen empresas y otras muchas cosas más.

Separación de bienes

En este caso, cada miembro de la pareja tiene sus propios bienes y beneficios, que administra de manera independiente, sin tener que compartirlos con la otra persona, salvo para contribuir con las cargas comunes del hogar y la convivencia.

Dependiendo del tipo de régimen establecido, a la hora de una separación o divorcio, los bienes deberán repartirse o no. Sabiendo además que cualquiera de los trámites es costoso, para evitar tener pagos adicionales más elevados. Habitualmente los cónyuges cada vez se decantan más por el divorcio express, que es un proceso mucho más rápido y sencillo, sin que los costes sean muy altos.

Separación

Más consecuencias económicas

Además del tipo de régimen que se tenga, hay que decir que en el momento que se inicia un trámite de separación o divorcio, también hay que tener en cuenta otros gastos como la pensión alimenticia, que es obligatoria en el caso de tener hijos. A través de esta pensión, se ofrece una aportación al cónyuge que tiene la custodia, para alimentos, ropa, alojamiento o la educación de los hijos, siendo totalmente obligatoria.

Asimismo, también hay que hablar de la pensión compensatoria que, en este caso, se le da al cónyuge tras la separación, siempre que esté en desequilibrio económico una vez que se haya finalizado el proceso de divorcio. 

En cualquier caso, todos estos procesos se establecen de manera previa en las medidas provisionales del divorcio, antes de pasar a las definitivas, que serán las que tendrán que acatar los implicados.

Consecuencias emocionales

Una ruptura siempre es muy dolorosa para todas las partes, por este motivo, en el momento que se inicia un divorcio o una separación, las consecuencias emocionales pueden llegar a hacer mella. De esta manera, habitualmente suele aparecer depresión, generando sensaciones de tristeza o soledad, además de perder la ilusión por llevar a cabo acciones en el futuro.

También es común que se produzcan ataques de ansiedad o insomnio, y en los casos más graves, hay quienes sufren de estrés postraumático, siendo este síntoma más habitual cuando se han dado casos de violencia de género o doméstica. 

De igual modo, la baja autoestima, el aislamiento, las alteraciones en las relaciones familiares o los cambios de conducta en general, son habituales en este tipo de procesos matrimoniales.

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