Reciclaje de vehículos

Cómo se reciclan los vehículos y qué componentes se pueden recuperar

El reciclaje de vehículos fuera de uso no solo es posible, sino que también forma parte de las obligaciones correspondientes al propietario del mismo. Cuando un vehículo ha llegado al final de su vida útil (VFU) tendrá que ser entregado a un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT) donde se aplicarán los procedimientos que permiten aprovechar los materiales y las piezas con las que ha sido fabricado.

Un desguace de vehículos es el encargado de procesar tanto el vehículo que ya no sirve para transportarnos, como las diferentes partes y piezas que lo conforman, ya que todo el conjunto puede y debe ser reciclado. Esto garantiza una disminución de la contaminación ambiental relacionada con la industria automotriz, pues en la actualidad casi un 90% del vehículo puede ser reciclado y reutilizado.

La cifra de vehículos dados de baja anualmente ante el Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico (DGT) superó el millón de unidades durante 2019. Entre ellos se encuentran coches, motos, autobuses, tractores y demás vehículos de diferentes marcas y modelos. Gracias a los CATs es posible reducir los residuos sólidos producto de coches abandonados en las calles.

¿Cuáles son los componentes que se pueden recuperar de un vehículo?

Una vez que se tramita la baja definitiva en la DGT y se entrega el vehículo al CAT, este atravesará un complejo proceso de descontaminación y reaprovechamiento donde se retiran los elementos contaminantes. Acto seguido, se reduce al mínimo tamaño los materiales para luego clasificarlos y almacenar todos los elementos reutilizables para su posterior comercialización.

En líneas generales, es posible aprovechar prácticamente todos los elementos de un vehículo, incluso materiales peligrosos como el plomo, combustible, gases y líquidos, los cuales pueden purificarse y reutilizarse.

  • Aceros y carrocería, que incluye metales como cobre, zinc y aluminio, puede reciclarse en un 75%.
  • Entre 3,5% y 5,5% del plástico puede reciclarse, mientras que el 1% del mismo puede destinarse a la generación de energía.
  • El vidrio que procede de las ventanillas supone un 3,5% del total de un coche, pudiendo ser aprovechado para la fabricación de vasos, botellas entre otros bienes de uso cotidiano.
  • Papel y cartón puede aprovecharse para la producción de energía.
  • Textiles y tapicería son elementos con poca capacidad de aprovechamiento. El 1,2% del material es aprovechable para la producción de energía, mientras que el resto se desecha. 
  • Los líquidos pueden ser reutilizados siempre que se encuentren en condiciones óptimas. Sin embargo, solo se llega a aprovechar el 1% de los mismos, el resto es desechado.
  • Los gases que resultan peligrosos para la capa de ozono son destruidos y los que no, se purifican y reutilizan.
  • El ácido de las baterías es extraído para evaluar su estado, reutilizarlo o destruirlo. El plomo puede destinarse a la industria metalúrgica.

En líneas generales, se logra aprovechar de media un 75% de los materiales de un coche, aunque los modelos más recientes pueden alcanzar una tasa del 90%. Todo este proceso garantiza el cuidado del medio ambiente y disminuye los residuos sólidos en nuestras ciudades.

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