Dormitorios espaciosos

¿Cómo elegir el cabecero para el dormitorio?

El cabecero es uno de los elementos de decoración más importantes en el dormitorio. Si consideramos que la cama es la piedra angular a partir de la cual se construye el resto del dormitorio, el cabecero adquiere mucha importancia, porque forma parte de ese conjunto armónico que debe ser diseñado teniendo como principal fin alcanzar un descanso reparador.

En el mercado podemos encontrar cabeceros de estilo clásico, moderno, minimalista, mediterráneo, rústico, industrial, colonial… las formas son muy variadas y admiten todo tipo de estilos pero lo que está fuera de toda duda es que este elemento debe favorecer la sintonía de todo el dormitorio.

El cabecero se convierte en un accesorio imprescindible con el que podemos personalizar la decoración del dormitorio, pero que tiene como principal función proteger el colchón y la pared de posibles manchas, roces  y golpes.

A la hora de decidir qué cabecero colocar en el dormitorio, un consejo es buscar entre cabeceros en TopDormitorios, un portal que ofrece modelos para todos los gustos, de diferentes materiales y en una gran horquilla de precios.

No obstante, antes de escoger el cabecero para la cama es importante tener en cuenta varios factores, como el tamaño y la distribución del dormitorio y el estilo decorativo que se le quieren dar a esta estancia.

Dormitorios pequeños frente a dormitorios espaciosos

En dormitorios pequeños y con espacio reducido lo más recomendable es optar por cabeceros bajos, sencillos y de colore claros, que son los que ofrecen mayor sensación de amplitud. En cambio, si el dormitorio es de dimensiones considerables, lo preferible es incorporar un cabecero alto y llamativo que consiga ser el foco de atención en la estancia.

Iluminación del dormitorio y el cabecero

En lo que respecta al cabezal, al ancho del mismo, hay que tener presente que debe incluir las mismas dimensiones que la cama o incluso ser más ancho, pero nunca más pequeño. Un cabecero que sobresale a la anchura de la cama ofrece sensación de orden y estilo y genera la sensación de que la cama es de mayor tamaño.

La iluminación y el cabecero

Un segundo aspecto a cuidar a la hora de elegir el cabecero es la iluminación de la estancia. Si el dormitorio es pequeño y la iluminación es reducida, lo aconsejable es optar por tonos claros y cálidos que aporten luminosidad a la estancia.

Precisamente muchos espacios pequeños intentan aumentar esa sensación de amplitud con la entrada de mucha luz natural. En los dormitorios grandes, donde la luz no suele suponer ningún problema, lo interesante es optar por cabeceros que generen cierta sensación de contraste y para ello una posible opción son los cabezales de colores vivos y tonos fuertes.

En los dormitorios pequeños, jugar con el contraste es una apuesta más arriesgada, aunque también es posible. Todo va a depender del estilo decorativo que se quiera implementar en la habitación.

El cabecero como elemento decorativo central en el dormitorio

El cabecero es un elemento con una función muy determinada en el dormitorio, ofrecer un elemento más de descanso en la cama y evitar el daño en el colchón y la pared. Sin embargo, a la hora de su elección hay que prestar mucha atención al estilo y decoración del dormitorio.

El tipo de estilo del cabecero depende de su forma y su tejido. Los cabeceros con líneas rectas son habituales en las decoraciones más modernas y los estilos nórdicos. En cambio, los cabeceros que representan líneas curvas o tachuelas se ajustan más a decoraciones clásicas. Con respecto al material podemos encontrar cabeceros de madera o de textil, que son los más clásicos. Los tapizados en piel o polipiel son más adecuados para un estilo moderno.

Todo esto sirve de poco si no se tiene en cuenta previamente el color de la pared. Es decir, el tejido, el material y el dibujo del cabecero están muy determinados por la pared, por su materia y su color. Si la pared es clara, un buen modo de conseguir contraste es optar por un cabecero en tonos oscuros, aunque hay que tener también en cuenta las dimensiones de la habitación.

Si la pared está recubierta de papel pintado y tiene un estilo decorativo muy rico, el cabecero deberá responder a un diseño más simple, para no restar protagonismo a la pared.

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