Los impagos suponen grandes inconvenientes para las empresas y le afectan a pequeñas y grandes empresas. Según el Informe Europeo de Pagos 2018, la mitad de las empresas españolas recibe peticiones para alargar los plazos de pago. De estas, el 42% accede a ampliar los plazos de pago, sobre todo ante grandes multinacionales.
Esta situación causa agravios en las cuentas y podría acabar afectando a la salud de nuestra empresa. Para evitar el efecto bola de nieve cada vez más compañías efectúan la gestión de impagados con la plataforma de Intrum. Esta empresa de gestión de crédito es líder en el mercado y cuenta con una amplia experiencia en servicios de cobro de deuda.
Guiados por la ética, la empatía, la dedicación y las soluciones, Intrum cuida de sus clientes y de los clientes de estos. Su principal objetivo es que las compañías que acuden a ellos reciban sus pagos, al tiempo que le ayudan a la gente y a las empresas a liberarse de sus deudas. De este modo Intrum asegura la liquidez de las compañías y cuida las relaciones entre las empresas que asesora y la clientela de estas.
¿Cómo cobrar un impago sin deteriorar la relación con nuestra clientela?
El primer paso que debemos hacer es investigar la situación. Antes de exigirle a nuestro cliente el pago de una forma violenta, debemos intentar entender el porqué del impago. En este paso podemos ya pedir la ayuda de empresas como Intrum. Sus servicios de investigación y sus técnicas de análisis nos ayudarán a entender la situación financiera de nuestro cliente deudor.
El siguiente paso será recabar información en nuestra propia empresa, reuniendo documentos para demostrar la existencia de la deuda y su cuantía.
Una vez tengamos toda esta situación documentada y sepamos en qué punto nos encontramos ambas partes, debemos intentar llegar a una solución beneficiosa para las dos empresas en conflicto. En este punto es de gran importancia la presencia de una tercera parte que sea imparcial y sea capaz de analizar la situación con una perspectiva más amplia. Además de ayudarnos en la gestión del conflicto, esta empresa también nos asesorará en todo el proceso.
El cuarto paso será reducir al mínimo el riesgo con la empresa deudora. En este punto también podremos pedir asesoramiento a la empresa encargada de gestionar todo el proceso. Mientras no se efectúe el pago de la deuda, intentaremos que el acuerdo no sea perjudicial para ninguna de las partes.
El quinto y último paso será ejecutar los acuerdos a los que hayamos llegado. Ambas partes deberán quedar satisfechas con el resultado y su relación no debería quedar dañada para que ambas empresas continúen sus intercambios comerciales.
En un proceso tan complejo y delicado como este es aconsejable contar con un asesor personalizado como el que pone a nuestra disposición Intrum. En su plataforma online podremos estar al tanto de todos los casos abiertos, resolver incidencias, consultar informes o añadir nuevos casos. Además, un asesor personal estará disponible para ofrecernos una respuesta en menos de 24 horas. Como en la mayoría de las disciplinas, la gestión de impagos también es mejor dejársela a profesionales.