Champions League

La UEFA confía en Kovács para dirigir la final de Múnich

Cuando el sábado 31 de mayo el Allianz Arena de Múnich se vista de gala para acoger una nueva final de Champions League, todos los focos apuntarán a las estrellas de París y Milán. Sin embargo, entre ellos habrá un protagonista silencioso, crucial y muchas veces olvidado: el árbitro. Y no uno cualquiera. Será el rumano István Kovács, un nombre que quizás no deslumbre tanto como el de los cracks sobre el césped, pero que ha sabido ganarse su sitio en las grandes noches con más trayectoria que polémicas.

De las ligas menores al escaparate europeo

Kovács no es precisamente un recién llegado. Tiene 40 años, lleva más de una década como árbitro internacional y, aunque su nombre tal vez no suene tan mediático como el de los entrenadores o los goleadores, lo cierto es que se ha ganado su lugar a base de experiencia, presencia y una forma de impartir justicia que, hasta ahora, ha convencido a la UEFA en las noches grandes.

Ya dirigió la final de la Conference League en 2022 entre Roma y Feyenoord, y también la de la Europa League en 2024 entre Atalanta y Bayer Leverkusen, ambas sin grandes escándalos ni decisiones cuestionables que hayan dejado secuelas. 

PSG e Inter, una final cargada de historia reciente

Este año, la Champions nos regala un enfrentamiento de los que encienden pasiones: el Paris Saint-Germain frente al Inter de Milán. Dos equipos con presente competitivo, presión de sobra y trayectorias europeas bien distintas. Un choque que las apuestas final Champions League presentan como uno de los más impredecibles de los últimos años. Y ahí es donde entra Kovács, tendrá la tarea de mantener la compostura, el ritmo y la justicia en un duelo donde la tensión puede desbordarse en cualquier momento.

Pero no estará solo. A su lado estará el neerlandés Dennis Johan Higler como responsable del VAR, junto al experimentado Paulus van Boekel. En el campo, dos compatriotas, Mihai Marica y Ferencz Tunyogi, actuarán como asistentes, mientras que el portugués João Pinheiro asumirá el rol de cuarto árbitro.

El contexto importa (y mucho)

El Allianz Arena ya sabe lo que es acoger finales épicas. Basta recordar la de 2012, cuando el Chelsea, contra todo pronóstico y con las apuestas online claramente en su contra, logró alzarse con el título frente al Bayern en su propia casa. Este año, el escenario promete otra noche inolvidable, aunque Kovács espera que su papel pase lo más desapercibido posible. Y no por falta de protagonismo, sino porque en su mundo, el silencio suele ser sinónimo de perfección.

Si todo sale bien, su nombre no acaparará titulares. Y eso, paradójicamente, sería la mejor señal de que la noche fue impecable.

Un modelo para quienes sueñan con pitar en las grandes ligas

Más allá del partido, hay un mensaje que la UEFA busca reforzar y que Kovács representa mejor que nadie. La campaña “Be a Referee!” intenta motivar a más jóvenes a lanzarse al mundo del arbitraje, y tener como imagen a alguien que ha llegado a la cúspide sin hacer ruido, pero con mucha dedicación, es una declaración potente.

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